Vista panorámica de la ciudad de Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz

Jerez de la Frontera: cultura, tradiciones y Jerez romántico

La cultura de la provincia de Cádiz tiene denominación de origen jerezana.

Siempre que se puede hablar bien de Cádiz se hace, por imperativo categórico. Como sabemos que os encanta volvemos. Esta vez hablamos de Jerez. El atractivo principal de Cádiz son sus playas, sobre todo para el que viene de fuera. Es normal: es en verano es cuando la provincia está más llena y cuando uno quiere descansar del trabajo lo más normal es que tire a lo fácil. Lo que mucha gente no sabe es que una parte importante de  la cultura de la provincia de Cádiz tiene denominación de origen jerezana.

 

Jerez romántico

Y es que parece la ciudad gaditana es un nido de amor. Las parejas, tanto del mismo Jerez como de los pueblos y ciudades cercanas (Arcos de la Frontera, El Puerto de Santa María, etc), miran las calles del centro (Platero, San Dionisio,…) y ven una ciudad donde se vive el amor como antes: de verdad.

 

Los cambios en la sociedad nos han llevado a un sistema en el que todo es de consumo rápido y de olvido aún más rápido. En Jerez las cosas no se hacen así. La crianza de caballos se hace con cuidado y sin prisas, igual que el entrenamiento. Igual que las relaciones.

 

La verdad es que encontrar un enclave para celebrar la tuya que valore lo tradicional cada día es más complicado. Los que resisten ofrecen bodas en Jerez en las que se puede disfrutar de todo lo que hace grande a esta tierra. Empezar con un aperitivo regado con Jerez, disfrutar de un espectáculo con caballos, comer como se supone y terminar escuchando y bailando flamenco. Para celebrar que no todo tiene que cambiar para ir a mejor. En Jerez hacen las cosas así.

 

En un mundo que parece cansado del amor tradicional, Jerez sobrevive. Por eso tanta gente escoge la ciudad y sus alrededores para celebrar sus enlaces. Por eso es uno de los lugares con más encanto de Andalucía y de España. Y por eso te lo hemos contado aquí.

 

Tradiciones gaditanas

En cuanto nos adentramos un poco en las tradiciones gaditanas nos damos cuenta de que dos símbolos como son el (vino de) Jerez y el caballo tienen sus raíces en Jerez de la Frontera. Mi abuelo siempre me decía “el Jerez es una cultura, una forma de vida; o la tienes dentro o no” y sí es verdad que me he sorprendido viendo como en el resto de España la gente sabe apenas nada de la cultura del vino de Jerez.

 

Sin embargo, a pesar de lo que decía mi abuelo, el Jerez se puede disfrutar cuando te introducen en él con mimo. Aprender a saborear un buen Palo Cortado, saber qué vinos se toman fríos y cuales del tiempo, cuáles son de postre y cuáles para el aperitivo o de qué bodegas puedes fiarte es posible si se hace con cariño y atención.

 

Esos dos ingredientes también son imprescindibles para la doma clásica jerezana, una disciplina que va desde la crianza (que lleva perfeccionándose más de cinco siglos en la zona) hasta el entrenamiento del caballo y el entender todo lo que hay alrededor como arte más que como deporte. El mundo del caballo tiene su centro desde 1973 (y gracias a la generosidad de Álvaro Domecq) en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, pero no es el único lugar que trata a la tradición con respeto y veneración.

 

En cuanto a los numerosos negocios que viven alrededor del mundo del caballo, uno de los que llevan el arte de los diferentes tipos de doma a la máxima expresión es una finca rural  acortijada a pocos kilómetros de Jerez. Pocas veces he disfrutado tanto con algo como en la boda a la que asistí el pasado mes, verdadera inspiración de este artículo.

 

Todo el mundo aprecia el flamenco que se practica en toda la provincia de Cádiz, sin embargo (y que me perdone el que sepa más que yo si me equivoco) Jerez de la Frontera es su cuna. La tradición de músicos, cantaores y bailaores de la ciudad gaditana es tan importante como fértil. No hay generación que no deje artistas importantes. Descubrir el flamenco desde Jerez es otra forma de visitar Cádiz y aprenderla.