20 ✉ Cartas de Amor ❤ PRECIOSAS 【 para NOVIO y NOVIA】

Mi vida,

Aprovecho estos momentos de silencio que me ofrece la noche amiga para escribirte unas líneas que consigan expresar mi amor, a sabiendas que ni la inspiración de las gotas de lluvia que golpetean el alféizar de mi ventana, ni las palabras mejor escogidas ordenadas en las frases más bonitas, podrán trascender la profundidad que albergas en mi alma.

Después de todo este tiempo, cada día sigue llenando mi corazón toda la felicidad que siento cada vez que me hago consciente del privilegio que supone tenerte en mi vida. Tú has sido la luz que me ha guiado en la penumbra, el milagro que ha dado sentido a mi existencia, la razón de sentirme vivo y firme para continuar a pesar de las dificultades.

Y aunque a veces me siento tan poca cosa a tu lado, tan pequeño e insignificante ante tu belleza y tu grandeza, sigo sonriendo cada día como un estúpido cuando te siento junto a mí. Porque tengo la certeza, amor mío, de que todos estos años a tu lado han sido un regalo, pero que el regalo más preciado son los años que nos quedan por vivir juntos.

Juntos, porque de otra forma no sabría vivir. Juntos, porque a tu lado todo es sencillo. Juntos, porque de ti aprendo cada día. Juntos, porque juntos soy más humilde, más bueno y más feliz. Juntos, porque tu beso me da la vida, porque me muero por tus abrazos. No te vayas nunca, porque yo siempre estaré contigo.

Tu compañero, tu amigo, tu amor.

Te quiero

¡Hola, cariño!

Me estaba acordando de todas esas películas románticas que te gusta ver con una media sonrisa en los labios los domingos por la tarde, bajo la manta, junto a mí. Sí, esas películas donde el chico escribe cartas de amor a su chica, y me preguntaba si por esta vez no podía ser yo, tu amor, ese chico romántico que te saca una sonrisa.

Quiero aprovechar la ocasión para recordarte que te quiero pesar de tener que esperar cada mañana media hora para entrar en el baño y de encontrar cada mañana el desagüe de la ducha atascado con tus pelos. Que te quiero, aunque tenga que aguantar tus broncas y tus riñas: ¿será que me gustas más cuando te enfadas?

He aprendido a (con)vivir contigo y, la verdad, creo que ya no podría vivir sin esas discusiones por la limpieza, o sin esos enfados cada vez que no hago justo lo que tu quieres. ¡Cuántos partidos de mi Real Madrid no me habré perdido por tu culpa! Dicen mis amigos que soy un calzonazos… Pues sí, pero un calzonazos enamorado y feliz.

Por eso, cariño, no sufras, quiero vivir toda la vida a tu lado para que me sigas calentando en la cama cuando hace frío y me hagas perder el sentido con esos besitos en el cuello que solo tú me sabes dar. ¿Quién, después de todo, aguantaría tanto tiempo a un torpe como yo?

Un abrazo de osito como los que te gustan,

Te quiero.

Mi amor,

Hace apenas unos días que te fuiste y toda mi existencia no es ya más que un vacío insoportable. Te juro que intento acomodar mi vida a esa nueva, cruel y amarga circunstancia que supone vivir sin ti: y en cada nuevo intento, fracaso.

Dicen que la distancia es el olvido, pero yo no dejo de pensar en ti. Estás presente en todo lo que hago, te veo en el rostro de todo aquel que se cruza en mi camino, y cuando ando triste y solo por las calles tu nombre retumba sin cesar en mi cabeza. Y me pregunto cuándo volverás, mi amor, porque así se me hace demasiado difícil.

Me pregunto cómo estarás tu, cariño, si has encontrado todo lo que allí buscabas, si estás comiendo bien y duermes todo lo que deberías.

Creo, al fin y al cabo, que esto tiene que hacernos más fuertes. Intento ser positivo, y cuando me embarga la amargura y las lágrimas asoman a mis ojos, intento consolarme pensando que esto no es más que una prueba de que nuestro amor es una fuerza maravillosa e indestructible.

Sigo esperando el día que volvamos a encontrarnos, amor, porque aún nos queda tanto por hacer, tanto por amarnos, tanto por decirnos. Y en ese pensamiento encuentro apenas la razón para seguir luchando lejos de ti.

Vuelve pronto, mi amor.

Te quiero

Hola, mi amor,

Me cuesta mucho escribirte estas líneas, porque no sé cómo expresar lo que siento. Mi corazón se encuentra atrapado entre la esperanza de hallar tu perdón y el miedo de perderte. Supongo que, al final, escribo esta carta con las fuerzas que me da pensar que todo ha sido un error que puede solucionarse, porque en el fondo de todo hay una sola realidad: Te amo, y quiero que sigamos llenando nuestro Instagram de fotos y selfies juntos.

Escribo desde la humildad que me permite pedirte perdón, sin reservas ni excusas. Perdón, porque me he equivocado. Perdón, porque nunca debí cometer semejante falta. Y ahora que el mal ya está hecho, te juro que sigo sin encontrar una razón al por qué lo hice.

Pero lo más grave no es eso, cariño. Lo que de verdad me parte el corazón es saber que te he hecho daño, y que has sufrido por mi culpa. Haberte herido es algo que jamás podré perdonarme, pero ahora te pido de rodillas y con humildad que me perdones tú a mi.

Piensa en todos estos años juntos, amor, en las dificultades que hemos atravesado, y lo que nos queda aún por vivir. Confía en mí, una última vez al menos, para que pueda demostrarte que este perdón no es vacío, sino que lleva consigo la promesa de que nunca más volveré a fallarte, porque he aprendido la lección.

Una vez más, perdóname,

Te quiero.

Hola mi amor más bello,

Te preguntarás por qué te escribo esta carta, y en realidad el mismo gesto de escribirte estas palabras es en sí mismo la explicación de todo cuanto quiero expresar: creo que nos hemos acostumbrado tanto a querernos que ya no somos capaces de decir lo que sentimos todos los días. 

Por eso quiero hacer algo diferente, sorprenderte con esta carta para recordarte que eres la más bella casualidad que ha acontecido en mi vida, y la persona más importante por la cual vivo y respiro. ¿Sabes? Hacía tanto que no me sentaba enfrente de un papel para escribir lo que siento... Y al final, solo el amor que siento por ti consigue que vierta de nuevo todos mis sentimientos en una carta.

Con la humilde calidez de mis palabras quiero mostrarte mi amor hacia ti. Tengo que agrecerte tantos años de amor, dedicación, comprensión y paciencia hacia mí: crecer a tu lado como persona ha sido el regalo más bonito que me ha hecho la vida. Pero, ¿saber que es lo mejor de todo? Que veo delante de mi un futuro precioso contigo, una vida llena de felicidad y de proyectos.

Contigo me siento plena, realizada y segura. Y no importan las dificultades que vengan, porque las aplastaremos juntos con nuestra fuerza de gigante. Porque así es como me haces sentir, cariño, como un gigante capaz de todo. Gracias por tanto, gracias por lo que vendrá.

Te amo, nunca lo olvides.

Querido amor,

Sé que el solo fluir de mis palabras en estos momentos apenas pueden cambiar tu estado de ánimo, y que necesitaremos algo más que esta carta para solucionar nuestros problemas. Pero si he decidido escribirte estas líneas es porque creo que te debo una explicación, y quizás pueda encontrar en la serenidad de la palabra escrita el temple necesario para decirte lo que siento.

Siento, en primer lugar, que te he fallado, y eso es algo que difícilmente podré perdonarme jamás. Nuestra relación siempre se ha basado en la confianza y en la amistad más sincera y profunda: nos hicimos fuertes en la adversidad gracias a esa lealtad que creíamos indestructible.

Haber dejado que la debilidad destruyera mi fidelidad a ti se ha llevado por delante algo mucho más importante incluso que nuestra relación: tu confianza en mi. Sin embargo, después de días y días pensando en lo que ha ocurrido, tengo la seguridad de que este bache solo me hace más fuerte, porque ahora por fin tengo claro quién quiero ser y lo que de verdad quiero en la vida.

Y sé que mi vida, sin ti, no tiene sentido, y que los errores que cometí en el pasado solo pueden servir para hacerme más fuerte y mejor persona en un futuro. Aprendí de esos errores, y llevo dentro de mi el firme compromiso de dedicarme en cuerpo y alma a recuperar tu confianza.

Espero que algún día puedas perdonarme.

Te quiero. Te amo.

Querido amor,

Espero que encuentres en esta carta la misma sinceridad que ahora embarga mi corazón, pero la mitad del dolor que ciega mi espíritu. No quiero que te vayas triste, y no sé como ahorrarte este momento de dificultad. Pero necesitaba expresarte lo que siento, y espero conseguirlo y que lo entiendas.

Hace muchos años, una noche fría de otoño, la casualidad quiso que nuestras vidas se cruzaran en un instante maravilloso: cuando tus ojos se fijaron en mi y tus labios me sonrieron, de alguna forma super que eras la persona que llevaba tanto tiempo buscando. Y nada me ha hecho más feliz, cariño mío, que crecer a tu lado todos estos años: el mejor regalo que me hizo el destino.

Con la seguridad de que nuestros lazos de amor son indestructibles, te despido esperando que nuestros caminos vuelvan a unirse muy pronto. Que no es un adiós, sino un hasta luego, y aún así la sola idea de la separación y la despedida me hiela la sangre y me destroza el corazón.

Sin embargo, todas las lágrimas que he derramado desde que supe que te ibas, y todas las que derramaré cuando ya estés lejos, no empañan ni un poquito mi firme compromiso de seguir a tu lado pase lo que pase, contra todas las dificultades, con una lealtad de hierro. Porque tú eres mi vida, y mi felicidad depende de la tuya. Siempre te ayudaré cuando lo necesites, llámame a la hora que sea. 

Dicen que el verdadero amor no trata de ser inseparables, sino de conseguir que aun estando separados nada cambie. La distancia podrá evitar nuestros abrazos, nuestros besos, pero nunca nuestro sentimiento. Siempre estaré aquí, esperándote.

Te quiero mucho, mi vida.

A ti,

Te dedico esta carta para expresarte lo que lleva tiempo creciendo en silencio en el fondo de mi alma, un fuerte sentimiento que ya no puedo guardar más en secreto y que necesito confesarte pase lo que pase. Sé que después de esta carta, ya nada será igual, pero necesitaba hacerlo.

La verdad es que para mi fue también una sorpresa descubrir que mis sentimientos por ti habían crecido tanto que ya no podía dejar de pensarte ni un solo instante. Entonces descubrí que te amaba, y el choque inicial se transformó en una estúpida sonrisa que no puedo borrar de mi cara cada vez que pienso en ti. Te has convertido en lo más maravilloso que me ha sucedido...

Imagino cómo sería si mi amor por ti fuera correspondido. Una vida a tu lado se me antoja como un lindo sueño del que no quiero despertar. Con esta carta quiero declararte mi amor, un amor que nace de la admiración que siento hacia ti, la atracción que despierta en mi tu forma de ser, y el temblor que provoca en mi cuerpo tu mirada, tu sonrisa, y cada movimiento de tu cuerpo.

Tu amistad ya es para mi un regalo: tenerte cada día cerca me hace sentir especial. No quiero hacerte sentir presionado, ni mal. Solo necesitaba expresar lo que siento, con la esperanza de que puedas corresponderme y nos demos esa oportunidad de conocernos más en profundidad.

Gracias por escucharme y... ahora que ya lo sabes...

Te quiero.

Cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez, entendí aquello que dicen: que estar enamorado de alguien es como estar en el cielo, cerca de los ángeles. Mirarles a los ojos, es como mirarte a ti.

Tus alas de ángel me hacen volar cada día, aun cuando ni siquiera sé si mi amor es correspondido. Tú desprendes esa energía que me hace sentir capaz de todo, y por eso te amo.

Ahora ya lo sabes: sí, te quiero. Me gusta cómo eres, me apasiona tu mirada, me enamora tu sonrisa, tu cuerpo me hace temblar. Ojalá podamos estar juntos, o al menos mantener esa amistad tan bonita. 

Es curioso, pero después de tantos años juntos y a pesar de la confianza que nos tenemos, aún me cuesta decirte cuando estamos juntos que eres lo más importante que me ha pasado en la vida.

Por eso te escribo estas líneas, porque en un día tan especial recuerdes lo imprescindible que eres para mi, y para prometerte que nunca, pase lo que pase, voy a dejar de amarte.

Gracias por tantas cosas vividas, cariño. Gracias por hacerme la persona más feliz del mundo. Y gracias por llenar de seguridad lo que antes eran solo dudas. Tú me has convertido en la persona que soy.

Sabes cuanto odio las despedidas, amor, y cuán dolorosa me resulta esta en especial. Por eso quería expresarte en esta carta la tristeza que siento al saber que te vas.

Pero a la vez, recordarte cuán fuerte es mi amor por ti, tan y tan fuerte que ni la distancia puede quebrarlo. Apenas aplazar nuestros besos y nuestros abrazos, pero jamás acabar con mis sentimientos.

Solo quiero que sepas que allá donde estés, sea en el momento que sea, y en la circunstancia que sea, puedes confiar en mi, y con una simple llamada me tendrás a tu lado. Porque te amo.

Creo que de todas las historias de amor que en el mundo han sido, la nuestra es la más especial. Y el solo hecho de pensar que puedo perderte, me hace sentir desesperado y perdido.

Cualquier cosa que haya podido hacer mal, cualquier error cometido, lo asumo y lucharé por solucionarlo. Quiero que vuelvas a confiar en mi, porque juntos somo más fuertes e indestructibles.

Nunca quise hacerte daño, y me duele pensar que después de tantas batallas juntos de repente puedas sentirte traicionado. Yo siempre estaré junto a ti, y por eso te pido que me perdones.

Querido amor, amiga, compañera del alma,

Desde que te fuiste he librado esta dura batalla de vivir sin ti, y este ha sido el mayor reto de mi vida. No sé si lo estoy logrando, pero sí sé que es muy duro, amor. Tan difícil que muchas veces siento que me fallan las fuerzas y que lo único que deseo es que llegue el momento de reencontrarnos.

Luego siento como una brisa peinándome el rostro y siento que es un soplo de tu aliento llegando desde allá donde ahora estás. Y eso me da fuerzas para seguir viviendo. Vivo por ti, mi vida, y por todos aquellos proyectos que empezamos juntos y que algún día vamos a acabar. Nuestro amor es tan fuerte que ni la muerte ha podido destruirlo: al contrario, lo ha hecho eterno.

Ahora siento la necesidad de dirte muchas cosas que no te dije en vida, y que quedaron ahí, en el silencio, guardados en algún rincón de la memoria que ahora se empeña en manifestarse. Decirte, por ejemplo, que si volviera a nacier cien veces, cien veces volvería a estar contigo. Decirte, también, que todo lo que soy te lo debo a ti, y que tu ausencia es un dolor que se me hace insportable.

Y pedirte perdón, sí. Perdón por todas las veces que no estuve a tu lado cuando me necesitabas. Perdón por todas las veces que fui demasiado egoísta, perdón por todo aquello que no hice bien. Espero que desde el cielo me puedas perdonar, y escuches mis palabras con la misma fuerza que las escribo.

Te quiero más que nunca, para siempre.

Querido amor,

No te imaginas qué doloroso resulta el peso de la culpa cuando no puedes compartirlo con la persona que amas. Sentir que te fallé, y que ahora no puedo pedirte perdón en persona, es una condena que me está destrozando por dentro. Por eso decidí escribirte esta carta...

Todos los días desde que te fuiste, todos sin excepción, he rezado a Dios para que te dé en el cielo el lugar que te mereces. Fuiste una persona tan llena de bondad que aún intento comprender sin éxito por qué tuviste que ser tú, y no yo, quien se fue. Pero así fueron las cosas, y así debo aceptarlas, aunque me cueste cada día perdonarme las cosas que no hice bien.

Agora que no estás, no puedo evitar pensar en todos aquellos momentos que no fuimos todo lo felices que podríamos haber sido por mi culpa. Todas las veces que te fallé, que te decepcioné, que no estuve a la altura. Tú merecías alguien mejor, y ahora me siento angustiado por no haberte sabido dar todo aquello que merecías. Quizás ya sea tarde, pero queda el consuelo de estas palabras.

Fuiste una persona excepcional, y fue una suerte poder estar contigo. Ahora necesito que me mandes una señal de perdón. Necesito saber que has perdonado mis errores, y que algún día volveremos a encontrarnos, allá donde estés, con nuestras almas en paz. ¡Te quiero, y te echo mucho de menos! 

Querido amor,

Cuando partiste todo lo que era luz se volvió oscuridad y me pasaba los días con los ojos negados de lágrimas y los sentidos anulados por la tristeza del corazón. Luego poco a poco volví a sentir el pálpito de la vida, aunque esta tristeza insoportable no me abandonará jamás. Te echo demasiado de menos.

Al principio, me consolaba la idea de pensar que has llegado a algún lugar mejor donde eres feliz y te cuidan como te mereces. El odio y el rencor por la injusticia que me parecía el hecho de que te fueras así, de repente, no hacía sino sumirme aún más en una oscuridad eterna, así que aprendí a aceptar el dolor de tu muerte con la idea de algún día volveremos a encontrarnos.

¿Y sabes qué? Creo que estoy loco y, no se lo digas a nadie, pero a menudo escucho tu voz y, en la tardes de soledad, en silencio, tu figura se me aperece al lado, en la cama, y me das un beos. Quizás solo sea la desesperación, o quizás los espíritus existan en realidad, y tú sientes las mismas ganas de volver a estar juntos. 

No he dejado de quererte ni uno solo de los días que he vivido sin ti. Nunca dejaré de amarte, porque es ese amor por ti, incluso condenado por tu ausencia, el motor que me hace vivir y mantenerme en pie. Mi vida tuvo sentido porque te encontré, y tendrás sentido hasta que yo muera porque mantengo vivo tu recuerdo. No olvides nunca que te quiero, y que solo tengo para ti palabras de agradecimiento.

Te fuiste un día, de repenté, y te odié por dejarme tan sola. Luego entendí que era una prueba más de nuestro amor, y seguí amándote como todos y cada uno de los días que estuvimos juntos.

Lucho todos los días por mantenerme alegre y optimista, porque sé que desde algún lugar del más allá tú estás velando por mi, y deseas que yo sea feliz. Aunque a veces me cuesta, y me pongo triste.

Suele ser cuando recuerdo tu mirada, el tacto de tus manos, y el calor de tu cuerpo. Suele ser cuando el vacío de tu ausencia se hace tan grande que me aborbe. Entonces recuerdo, una vez más, que te amo.